Luciano Vásquez

martes, noviembre 25, 2008

El Desaparecido que Apareció

Germán René Cofré Martínez no es un mal hombre. Simplemente se aprovechó de las circunstancias y se hizo el “desaparecido”. Y le fue muy bien con su cuento. Mientras en Chile lo lloraban por muerto y circulaban versiones sobre su violenta captura por los militares durante el gobierno de Pinochet, él disfrutaba tranquilamente en Argentina de las generosas indemnizaciones que se prodigan a los perseguidos por la dictadura, cambiaba a su mujer chilena por una mendocina más joven, y disfrutaba observando desde lejos cómo su nombre salía del anonimato para transformarse en bandera de lucha de los Familiares de Detenidos Desaparecidos, y en objeto de veneración popular. Si hasta velas encendía la gente para pedirle milagros.

Este hombre, que resolvió volver a la vida y contar su sencilla pero detonante historia, nos ha enseñado con su actitud que las víctimas de la dictadura no eran tantas como decían los informes oficiales y que tampoco estaban todas enterradas o secuestradas por los militares. La intensa remoción de fosas y de esqueletos que se ha realizado en todo Chile desde hace décadas, puede ser vista ahora como jornadas más pasionales que justificadas por investigaciones serias y bien fundamentadas.

Este “Desaparecido” que, para contrariedad de muchos, se ha convertido en “Aparecido”, va a seguir ganando dinero a costa de su aventura ya que, más pronto que tarde, los canales de televisión competirán para ganarse la exclusiva de sus declaraciones. Al fin de cuentas, no son muchos, hasta ahora, los que pueden contar en vivo y en directo que fueron testigos de sus propios funerales, que vieron su nombre ingresar a la nómina de mártires, y que aplaudieron desde lejos el procesamiento de sus presuntos secuestradores y asesinos.

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