La conciliación frustrada
El Congreso de España se hizo eco del sentimiento popular y hace poco acordó rendir homenaje a la venerable monja, colocando una placa recordatoria en el lugar donde estaba su convento. Nadie objetó el acuerdo y, por el contrario, pareció despertar una aprobación generalizada en el país. Sin embargo…el odio y el rencor reaparecieron en vísperas del homenaje y los grupos de izquierda no sólo protestaron, sino que amenazaron con impedir la colocación de la placa recordatoria. La monja, que fue perseguida en vida por el izquierdismo español, lo iba a ser también después de muerta.
La mesa directiva del Congreso, formada mayoritariamente por diputados socialistas, tuvo que derogar precipitadamente su resolución y dejar sin efecto el homenaje.
El episodio nos hace mirar de nuevo la frustrada participación de la Presidenta Bachelet en la inauguración del monumento a Jaime Guzmán, senador asesinado por el terrorismo de izquierda. También en esta ocasión hubo que dejar apresuradamente sin efecto acuerdos conciliadores anteriores, ante la súbita oposición socialista a que una militante tan destacada como la Presidenta, asistiera al recordatorio del crimen.
Estos episodios tan similares, ocurridos casi simultáneamente a miles de kilómetros de distancia, nos recuerdan que el paso del tiempo no es la receta única para dejar atrás los odios y venganzas de la lucha política. También es necesario poner fin al lavado de cerebros, que reactiva sistemáticamente la violencia en el alma de la gente.
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