Luciano Vásquez

jueves, julio 16, 2009

FREI Y EL NARCOTRAFICO

La nota de fond0 en la actual campaña electoral la dio una sencilla pobladora que, entre amistosa y quejosa, le preguntó a Marta Larraechea porqué su marido, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, había indultado, siendo Presidente de la República, al mayor narcotraficante de la historia policial chilena. Esa pobladora conocía muy bien la devastadora destrucción que causa el consumo de drogas entre los jóvenes, especialmente entre los más pobres, porque en su vecindario abundan los casos desesperantes de familias destruídas por la adicción, la violencia y el crimen. Y por eso no entendía que un Presidente pudiera abrir las puertas de la prisión a uno de los mayores comerciantes de cocaína

La ex Primera Dama hubiera querido eludir el tema, pero éstaba rodeada por mucha gente que esperaba una respuesta a la quemante pregunta. Entonces le echó la culpa a la ex ministra de Justicia, Soledad Alvear, de haber inducido al Presidente a firmar el maldito decreto del indulto. Fue una versión apresurada, vacilante, incierta, que no tuvo validez duradera. La propia senadora Alvear se encargó de desmentirlo con energía cuando supo que la habían inculpado.

Desde entonces, el tema está en el aire. Mientras los políticos convierten en bandera electoral lo que llaman "el error de Frei", la gente lo discute, los analiza, lo estudia, y la fantasía popular lo adorna con detalles espeluznantes. Por su parte, los medios informativos eluden el asunto con excesivo respeto y temor, como si creyeran que su sola mención puede lastimar la delicada sensibilidad del candidato presidencial. Solamente el diputado Marco Enriquez Ominami se atrevió a emplazar cara a cara a Frei por su responsabilidad en el indulto, pero éste no aclaró nada, limitándose a clausurar la discusión unilateralmente, con mal genio y sin explicar satisfactoriamente su actitud, lo que solamente ha conseguido acrecentar las dudas y sospechas de la población.

¿Por qué indultó al capo del narcotrafico? ¿Fue presionado por los carteles del narcotráfico? ¿Tenía, o aún tiene, vinculaciones con el comercio de la droga? ¿Cuál es la verdad de todo este caso tan grave y tan misterioso?

En el campo político la reacción que se observa es hipócrita, pero elocuente. Ante la posibilidad de que Frei gane las próximas elecciones presidenciales, todos los sectores, incluída la Presidenta Bachelet, están tratando de eliminar o reducir la facultad presidencial de indultar. No vaya a ser cosa que vuelva a usar el mismo recurso en forma tan negativa.

Pero falta el debate de fondo sobre el inconcebible indulto, el cual tendrá que producirse más temprano que tarde. Y tendrá que ser un debate abierto, de cara al país, que establezca claramente la verdad. Es lo menos que merecen los chilenos.




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domingo, enero 11, 2009

DIOS DE LOS RICOS

“Legionarios de Cristo en Chile. Dios, Dinero y Poder” es un buen libro para las vacaciones. Se lee de un tirón. Es entretenido, transita por los callejones misteriosos de la Iglesia, muestra al trasluz la personalidad de sus curas, sus ambiciones y sus vicios, sus grandezas y mezquindades, y examina sin remilgos las luchas enconadas que libran las congregaciones religiosas por el poder y el dinero.

Se trata de una investigación periodística realizada por dos periodistas chilenos al mejor estilo norteamericano. Sus autores son Andrea Insunza Corvalán y Javier Ortega Serrano, ambos académicos de la Universidad Diego Portales.

Los Legionarios, congregación fundada en 1941 por el cura mexicano Marcial Maciel Degollado, se extendieron rápidamente por el mundo y llegaron a Chile a comienzos de los ochenta. Eran los años de la Iglesia comprometida profundamente con la oposición al gobierno de Pinochet. El Cardenal Silva Henríquez, llamado “el cura rojo” por su clara postura política, se vio enfrentado a tener que autorizar o rechazar la llegada de los Legionarios. El clero nacional se puso en pie de guerra. Los vicarios corrieron a presionar a su obispo para que los rechazara. “¡Son momios!” le decían. “¡Sólo se dedicarán a atender a los ricos!”. Y sin embargo, el cardenal que lideraba la opción del Dios para los pobres nacida del CELAM, inclinó su cabeza y dijo “sí” a la petición.

¿Por qué lo hizo? Porque de tanto avanzar hacia la izquierda y estigmatizar a los ricos, la Iglesia chilena se había ido empobreciendo, al punto de no tener ya cómo financiar algunos de sus colegios más emblemáticos. La llegada de los Legionarios resultaba providencial. Ellos se hicieron cargo de algunos colegios y emprendieron con fuerza, astucia y decisión, la tarea de penetrar la elite chilena, proyectando sus objetivos al campo educacional con la habilitación de colegios y universidades para adiestrar a la juventud en la conquista de liderazgos, dinero y poder.

Dios llegó con ellos a los barrios ricos de Chile. El ostracismo a que los había sometido la Teología de la Liberación, entraba a su ocaso. Los jesuitas contemplaban desolados cómo se inclinaba la balanza hacia el otro lado. Su izquierdismo comenzaba a perder la batalla por el financiamiento.

En el libro surgen de pronto personalidades conocidas del mundo empresarial y político enrolándose en los dictados de los Legionarios. Pablo Zalaquet, actual alcalde de Santiago; diputados de la UDI, son algunos de los personajes vistosos.

Los Legionarios tendieron la mano a los poderosos por sobre barreras tradicionales de la Iglesia católica. Por ejemplo, acogieron a los divorciados, dejando estupefactos a sus vecinos del Opus Dei.

Los Legionarios llegaron a disponer de tanto poder, que pronto se les comenzó a llamar “Los Millonarios de Cristo”. Sus programas de enseñanza lideran el panorama educacional chileno a través de los colegios Cumbres y Everest y la Universidad Finis Terrae.

El poder creciente de la orden no se debilitó ni siquiera cuando su fundador, el padre Marcial Maciel recibió una dura sanción del Vaticano por pecados de pedofilia.

Lean el libro. Se van a entretener.

domingo, diciembre 14, 2008

MATAR POR MATAR

Estos son días de recuentos periodísticos. ¿Cuál fue la noticia más importante del año? En el ranking de mis personales preferencias aparece en primer lugar la crisis de la Justicia. Ha habido casos de corrupción en la policía, entre jueces de diversas categorías, en el Instituto Médico Legal, en los establecimientos carcelarios… Se hizo más visible e irritante que nunca el sistema de las puertas giratorias…Los criminales saben que gozan de garantías penales. Y las están aprovechando al máximo.

El amenazador anuncio de un padre de familia al fiscal, de que se encargará personalmente de buscar al asesino de su hijo para vengarlo, porque ya no cree ni en la policía ni en la justicia, es el ejemplo emblemático de esta intranquilidad que viven los chilenos ante una criminalidad que aumenta cada día en número y en ferocidad. De nada sirve que los ministros y políticos oficialistas salgan diciendo que ahora se cometen menos delitos que el año pasado…No es esa la percepción de la familia común, que ha debido hacer de su vivienda una celda enrejada para protegerse de los asaltos, que ve con horror cómo el asesino recupera su libertad de un día para otro y retorna a las andadas con renovados bríos, que ve instalarse impunemente en el barrio a bandas de traficantes de drogas que se disputan a tiros sus mercados.

La tan publicitada Reforma Procesal Penal no está cumpliendo con las expectativas. Ha quedado a cargo de unos jovencitos recién titulados que convertidos en jueces o fiscales son fácil presa de abogados con muchos kilómetros recorridos, cancheros, ladinos, que saben burlar la justicia y rescatar de las manos de la ley al delincuente más comprometido.

Los derechos humanos del asesino no son más importantes que los derechos humanos de sus víctimas. Y hoy se mata por el placer de matar. Cualquiera puede ser acuchillado o baleado en la calle o en su propia casa. Hombre o mujer. Adulto o niño. La crónica roja ha dejado de ser un tema exclusivo de la prensa sensacionalista y hoy está instalada en los principales titulares de todos los medios informativos.

Por todo eso, mi voto es para la crisis de la Justicia como la noticia más importante del año.